Por Victoria Carranza
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26 de marzo de 2021
El miércoles 10 de marzo comenzó a ser de aplicación el Reglamento (UE) 2019/2088, con el que se busca reducir las asimetrías de información y la promoción de factores ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión. Pero, ¿cuáles han sido los desencadenantes para que la regulación de la inversión responsable haya ido en aumento? La regulación del marco ASG no es algo nuevo, sino que a lo largo de los años se han ido dando pasos para regular e impulsar las inversiones responsables, que tengan en consideración factores esenciales como los ambientales o los derechos humanos. Pero el marco normativo que hoy conocemos y que sigue en desarrollo responde a diferentes hitos que han ido moldeándolo, como las pautas de comportamiento de los inversores. Son varios los eventos a lo largo de los últimos sesenta años que han ido forzando a los Reguladores a ir tomando medidas en este aspecto. Uno de los primeros eventos que se produjeron y que constituye la base para regular en términos de gobernanza fue el dado en Sudáfrica, cuando se produjo una desinversión generalizada como protesta contra el sistema del apartheid. Estas protestas comenzaron en los años 60, pero no alcanzaron una trascendencia significativa hasta la década de los años 80. Con este movimiento empezó una escalada de desinversiones de empresas individuales e inversores institucionales en Sudáfrica como un mecanismo de repudia al estado del apartheid, actuando los inversores con ética y responsabilidad social empresarial. Este es uno de los hitos que ha tenido trascendencia en la toma de decisiones de inversión, pero no el único. También se han producido otros como el abaratamiento por parte de la compañía GlaxoSmithKline de los medicamentos contra el sida en 2003 como mecanismo de respuesta a las presiones de accionistas, o, un poco antes, en 1999 con la creación del Índice de Sostenibilidad Dow Jones. En definitiva, el compromiso con una inversión responsable y dentro del marco ASG es un camino en el que aún queda mucho por recorrer, pero que cada vez gana más protagonismo. En la actualidad uno de los factores imperantes es la necesidad de abogar por una inversión más sostenible, que cuide y preserve el medio ambiente, social y derechos humanos. Debemos tener en cuenta que llevar a cabo actividades enfocadas en asuntos ASG puede generar valor tanto para los inversores como para las entidades, así como ayuda a desarrollar una mejor gestión de los riesgos y mejorar los rendimientos esperados de una inversión responsable.